El Manchester City superó con contundencia (0-5) la tercera ronda de la FA Cup gracias a tres goles en diez minutos en la recta final de la primera parte. Liderado por un gran Silva, el equipo de Guardiola despachó al West Ham con un discutido penalti y dos grandes acciones colectivas, la última finalizada además con una preciosidad del canario.
El cuarto llegó en el inicio del segundo acto, tras un disparo de Touré desviado por Agüero en boca de gol. Después, Guardiola retiró a Silva para que descansara y durante un buen rato se terminó la fiesta. El quinto lo marcó Stones en un córner en los últimos minutos.El West Ham aguantó el tipo una media hora.
En ese tramo, igualó el partido y hasta se atrevió en algunos momentos con presión adelantada, incomodando la salida del City. Eso sí, hasta en esos ratos necesitó la ayuda de Adrián para mantener el empate, como en un disparo cruzado de Silva que sacó con el pie. Después, se desató la tormenta y el City arrolló a su rival.
Todo comenzó con dos ocasiones falladas. La primera, de Sterling, la salvó Reid cuando el extremo del City había roto a Nordtveit y se disponía a rematar ante Adrián en el punto de penalti. En la segunda voló el portero español a un disparo de Agüero.
Rondaba el City el gol y lo encontró en un penalti discutido. Silva, el hombre que ponía la luz en el cuadro de Guardiola, filtró un pase a Zabaleta, que jugó como centrocampista. El argentino llegó y cayó ante Ogbonna.
En una primera repetición pareció que no había penalti. En otra, dio la impresión de que el defensa del West Ham pudo medir mal la frenada y hacer tropezar al argentino. Touré no falló en el lanzamiento. Lo ajustó bien, pese a que Adrián adivinó la dirección.El segundo gol fue una joya colectiva. El City tocó desde su propia defensa, Zabaleta-Sagna-Silva-Sagna-Agüero-Sagna y el centro del lateral se lo metió Nordtveit en su portería cuando esperaba Sterling para marcar a placer.
Un jugadón afeado por el gol en propia meta, pero jugadón al fin y al cabo.Tampoco estuvo nada mal el tercero. Agüero y Sterling tocaron bien, Sterling quedó con muchos espacios y regaló el balón a Silva, que en lugar de rematar a bocajarro, controló con sangre fría y con el control sentó a Adrián. Luego remató a gol plácidamente.Con todo decidido, el City salió a por más en el segundo acto y el West Ham bajó los brazos. Agüero hizo el cuarto tras desviar en boca de gol un remate de Touré. Guardiola dio descanso entonces a Silva, pero ya estaba todo hecho. 55 minutos le bastaron al canario.
El quinto llegó en la recta final, un cabezazo de Stones que la tecnología demostró que Noble sacó de dentro de la portería. Pudo llegar incluso el sexto, pero lo importante había ocurrido un buen rato antes.
El cuarto llegó en el inicio del segundo acto, tras un disparo de Touré desviado por Agüero en boca de gol. Después, Guardiola retiró a Silva para que descansara y durante un buen rato se terminó la fiesta. El quinto lo marcó Stones en un córner en los últimos minutos.El West Ham aguantó el tipo una media hora.
En ese tramo, igualó el partido y hasta se atrevió en algunos momentos con presión adelantada, incomodando la salida del City. Eso sí, hasta en esos ratos necesitó la ayuda de Adrián para mantener el empate, como en un disparo cruzado de Silva que sacó con el pie. Después, se desató la tormenta y el City arrolló a su rival.
Todo comenzó con dos ocasiones falladas. La primera, de Sterling, la salvó Reid cuando el extremo del City había roto a Nordtveit y se disponía a rematar ante Adrián en el punto de penalti. En la segunda voló el portero español a un disparo de Agüero.
Rondaba el City el gol y lo encontró en un penalti discutido. Silva, el hombre que ponía la luz en el cuadro de Guardiola, filtró un pase a Zabaleta, que jugó como centrocampista. El argentino llegó y cayó ante Ogbonna.
En una primera repetición pareció que no había penalti. En otra, dio la impresión de que el defensa del West Ham pudo medir mal la frenada y hacer tropezar al argentino. Touré no falló en el lanzamiento. Lo ajustó bien, pese a que Adrián adivinó la dirección.El segundo gol fue una joya colectiva. El City tocó desde su propia defensa, Zabaleta-Sagna-Silva-Sagna-Agüero-Sagna y el centro del lateral se lo metió Nordtveit en su portería cuando esperaba Sterling para marcar a placer.
Un jugadón afeado por el gol en propia meta, pero jugadón al fin y al cabo.Tampoco estuvo nada mal el tercero. Agüero y Sterling tocaron bien, Sterling quedó con muchos espacios y regaló el balón a Silva, que en lugar de rematar a bocajarro, controló con sangre fría y con el control sentó a Adrián. Luego remató a gol plácidamente.Con todo decidido, el City salió a por más en el segundo acto y el West Ham bajó los brazos. Agüero hizo el cuarto tras desviar en boca de gol un remate de Touré. Guardiola dio descanso entonces a Silva, pero ya estaba todo hecho. 55 minutos le bastaron al canario.
El quinto llegó en la recta final, un cabezazo de Stones que la tecnología demostró que Noble sacó de dentro de la portería. Pudo llegar incluso el sexto, pero lo importante había ocurrido un buen rato antes.
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