"Gracias por acercar el Mundial a los pobres", afirmó días atrás Samuel Eto'o en referencia al proyecto que la FIFA ha aprobado este martes. El Consejo Consultivo dio su visto bueno a ampliar a 48 el número de selecciones que participarán en la Copa del Mundo 2026. Es una idea que defiende el presidente Gianni Infantino, pero que nació en la efímera candidatura a la presidencia de la FIFA de Luis Figo.
El presidente de la FIFA apuesta por un sistema de competición que consta de 16 grupos de tres equipos. Las dos mejores selecciones de cada grupo avanzarán a dieciseisavos y, desde ahí hasta la final, eliminatorias. En total, se jugarán 80 partidos.
Las modificaciones no acaban ahí. Las tres primeras eliminatorias, en caso de acabar en empate, se resolverán en lanzamientos de penaltis. Las prórrogas quedan reservadas para la semifinal y la final. El torneo comprende 12 estadios y 32 días de competición.
Nada varia en cuento a las infraestructuras, pero con este panorama y, a la espera de definir el nuevo ránking FIFA, el debate se centra en el cupo por Confederación para el nuevo Mundial . Todo apunta a que quedará de la siguiente manera: 16 cupos para UEFA (Europa), 9+1 para la CAF (África), 8+1 para la CAF (Asia), 6+1 para Conmebol (Sudamérica), 6+1 para Concacaf (Norteamérica) y una para OFC (Oceanía).
Lo primero que se cambiará es que no se tendrán en cuenta los resultados de las diversas selecciones en los partidos amistosos a la hora de establecer el ránking. La clasificación no será mensual -se dará a conocer cada tres o cuatro meses- y se variarán los cocientes y resultados anteriores -no se tendrían en cuenta más de dos Mundiales-.
La Copa del Mundo aumentaría sus ingresos netos hasta los 3.950 millones de euros, en vez de los 3.345 millones de euros que se estiman para el Mundial de Rusia 2018, según las proyecciones realizadas en diversos estudios, aumentando los gastos en unos 300 millones de euros. Los ingresos de los derechos de televisión crecerían en 480 millones de euros y los del marketing en 350 millones de euros, aportando a este nuevo Mundial unos 600 millones más de ingresos.
Otras propuestas sobre la mesa
En los últimos días existieron más propuestas sobre la mesa pero la única que tenía opciones pese al rechazo de las Ligas, de la ECA -algunos clubes importantes apoyan a Infantino- o de la Federación alemana, era la avalada por el presidente de la FIFA.
El resto hablaban de un Mundial de 48 selecciones -80 partidos- que constaría de un playoff inicial donde 32 finalistas competirían en eliminación directa. Pasarían 16 y habría otros 16 clasificados previamente de forma directa. Luego habría ocho grupos de cuatro equipos.
La tercera se refiere a una ampliación menos numerosa al tratarse de un Mundial de 40 equipos -96 partidos- con ocho grupos de cinco selecciones. Se clasificarían los dos primeros de cada grupo. La cuarta habla de no tocar el sistema con 64 partidos.
Infantino defiende así este cambio: "Creo que hoy el Mundial de fútbol es más que una competición deportiva. Es un evento social. El desarrollo y la calidad del juego han subido muchísimo. En la Premier hay jugadores de 69 nacionalidades distintas. En el último Mundial, por ejemplo, Italia e Inglaterra fueron eliminadas por Costa Rica, que es un buen equipo, pero no es la Argentina de Messi o el Brasil de Neymar. El fútbol ya no es sólo Europa y Sudamérica".
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