Era el mercado invernal de 2007 cuando el Real Madrid de Ramón Calderón incorporaba a tres jugadores: Fernando Gago, Gonzalo Higuaín y Marcelo. De ellos el gran deseado era el primero, que curiosamente fue el que menos trascendencia y recorrido terminaría teniendo en el conjunto merengue a la postre.
Pero volviendo al brasileño, llegó a cambio de 6,5 M€ procedente del Fluminense, en principio para el filial, y acabó poco a poco por asentarse en el primer equipo. Ese primer año jugó 6 partidos y fue por tanto parte de la Liga conquistada por Fabio Capello, que acabó con el Barça de Frank Rijkaard a base de épica, coraje y remontadas imposibles.
Desde entonces dio el brasileño el salto al primer equipo, jugando siempre al menos 30 encuentros en cada curso (excepto en la 2012-2013 que estuvo lesionado y solamente disputó 19). En este tiempo coincidió en el puesto con jugadores como Roberto Carlos, Royston Drenthe, Miguel Torres, Gabriel Heinze o Fabio Coentrao, ninguno le ha hecho sombra.
Fue el relevo de su compatriota cuando se iba del club de sus amores, coincidieron en su primer año y desde entonces se ha confirmado como un más que digno sucesor de quien había sido uno de los mejores carrileros de la historia del club. Ahora es el segundo capitán y se ha ganado el cariño de sus aficionados con su eterna sonrisa, pero sobre todo con su compromiso en cada partido.
El próximo mes de mayo cumplirá 29 años, y ya ha ganado todos los títulos posibles con el combinado de Chamartín, participando además activamente en ellos, como en las dos finales de Liga de Campeones en 2014 y 2016. Sus internadas por la banda, su capacidad para sorprender y desatascar defensas, su buen hacer en cada partido han propiciado que ya sea uno de los emblemas del club.
Pero volviendo al brasileño, llegó a cambio de 6,5 M€ procedente del Fluminense, en principio para el filial, y acabó poco a poco por asentarse en el primer equipo. Ese primer año jugó 6 partidos y fue por tanto parte de la Liga conquistada por Fabio Capello, que acabó con el Barça de Frank Rijkaard a base de épica, coraje y remontadas imposibles.
Desde entonces dio el brasileño el salto al primer equipo, jugando siempre al menos 30 encuentros en cada curso (excepto en la 2012-2013 que estuvo lesionado y solamente disputó 19). En este tiempo coincidió en el puesto con jugadores como Roberto Carlos, Royston Drenthe, Miguel Torres, Gabriel Heinze o Fabio Coentrao, ninguno le ha hecho sombra.
Fue el relevo de su compatriota cuando se iba del club de sus amores, coincidieron en su primer año y desde entonces se ha confirmado como un más que digno sucesor de quien había sido uno de los mejores carrileros de la historia del club. Ahora es el segundo capitán y se ha ganado el cariño de sus aficionados con su eterna sonrisa, pero sobre todo con su compromiso en cada partido.
El próximo mes de mayo cumplirá 29 años, y ya ha ganado todos los títulos posibles con el combinado de Chamartín, participando además activamente en ellos, como en las dos finales de Liga de Campeones en 2014 y 2016. Sus internadas por la banda, su capacidad para sorprender y desatascar defensas, su buen hacer en cada partido han propiciado que ya sea uno de los emblemas del club.
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